Después de una hermosa jornada laboral (escribo
hermosa solo por si mi jefe lee esto, pero en realidad fue una bosta), a mi mente solo le queda resto para pensar en una sola cosa...VOLVER A
CASAAAA!!!
Camino rápido las cinco cuadras hasta la parada del primer colectivo que debo tomar.
Increiblemente vino rápido, y ya me veo arriba del bus rumbo a mi hogar... pero
NOOOO, a pesar de levantar la mano para pararlo, NO PARA ¿Venía lleno? No. ¿Se quedó sin frenos? No, frenó en el semáforo que está a dos cuadras. ¿El chofer es ciego y no me
vió? Por el bien de todos, espero que no. ¿Entonces? No sé. Solo sé que el otro colectivo tardó 10 minutos y vino ¿cómo decirlo?...hasta las bolas. Y, como manda la ley de los
colectiveros, colectivo lleno colectivo que para.
Como pude subí y como un gil pagué boleto (el porqué pagamos boleto para viajar como viajamos es tema para otro post). Sin posibilidad de avanzar, o de respirar normalmente, tengo que aguantar que alguien (imposible saber cual de los 60 pasajeros
fué) me pregunte/ordene
-¡¿No podés pasar mas al fondo?! -.
Como soy un caballero y detesto la violencia le contesté de buenas maneras con un -
¡¡¿¿y a donde mi**da querés que pase?!!- Ante la altura de mi respuesta (y el elevado tono de voz), obtuve un respetuoso silencio como respuesta.
Luego de un rato de viaje y de pisar a un número elevado de gente, logré instalarme en un lugar que al menos me permitía mover la cabeza (para ver donde bajar).
El señor chofer (y solo escribo
señor porque recuerden que soy un caballero), cumplía a rajatabla la ley del colectivo lleno que para. Y paraba solo para
gritarle a la gente que quería subir -
¡¡NO VEN QUE NO HAY MÁS LUGAR!!-, luego arrancaba sin importar si arrastraba a alguien o no. (espero que no, pero no estoy seguro).
Plaza Flores. Acá me bajo. Lo que significa que, 2 paradas antes, comienzo a moverme hacia la puerta. -
Permiso-, -
¡Disculpe!-
, -
¿Baja en la próxima?-
, -
¡PERMISOO!-
, -
¡QUE TE RECONTRA!-.
¡Al fin bajé! Pero no terminó mi experiencia extrema en un transporte de
Bs. As.
NOOOO.
Me falta el segundo colectivo.
Al llegar a la parada, observo que la fila de espera está, ¿cómo decirlo?...hasta las bolas.
La diferencia es que en este lugar (Plaza Flores) están los inspectores de las líneas que paran aquí, y entonces se cumple otra ley de los
colectiveros que dice que donde hay inspector, me aguanto las ganas de acelerar y freno en la parada.
Claro que esto no garantiza poder subir en el primer
bondi que pare, ya que viene ¿cómo decirlo?...muy lleno (
osoooooo!!)
En fin, al tercero que vino pude subir, y creo que no hace falta repetirles los detalles de la segunda parte del viaje. Lean más arriba y listo.
Solo voy a agregar que, subió una señora (o señorita) embarazada y
mágicamente a los que ocupaban los primeros asientos, les agarró un sueño tan fulminante que se durmieron en el acto. Por suerte el chofer tenía una voz de un tono importante y con un -
¡¡A VER UN ASIENTO PARA LA SEÑORA!!- los despertó a todos en el acto.
Y aquí estoy, contento de sobrevivir a una aventura digna de una película de Indiana
Jones, y lamentando vivir tan lejos del trabajo mientras miro con cariño la bicicleta...
No te entregues